¿Es una condición necesaria para seguir avanzando, o es una técnica para dejar que el tiempo pase sin tocarme?
Tengo mis dudas.
¿Se llega al silencio de forma innata o se llega después de experimentar con “el intento” de forma repetida?
Pero claro, tendría que explicar eso del intento. Pero antes tendría que saber a quién me dirijo, o sea quien me lee o leerá.
Por hoy voy a prescindir de saber esto último. ¿Puedo decir que hay “gente” que nace con predisposición al silencio? ¿O eso es imaginación?
El silencio, afirmo yo, es lo único que puede hacer que el yo florezca.
Pero siempre que sea un silencio fruto del cese del deseo de enriquecerse.
Pero si la mente global [por qué hay muchas mentes, sí, pero yo me refiero al concepto “mente” como el ordenador que maneja nuestro yo soy, no el yo personaje que es el yo estoy y que es manejado por una mente particular a la que llamamos personalidad] no ha cambiado todavía de forma, no a metanoizado, todo lo que creemos saber se depositará en un recipiente rígido, formateado, incapaz de cambio. Y seguirá haciendo las mismas cosas… y, por tanto, dando vueltas a la noria.
Meditar, para mí, es concitar el silencio de los procesos mentales. Es parar el flujo mecánico del pensar, para que, en el silencio, podamos oír lo que nos tiene que decir el yo soy, a menudo ahogado por el torrente de información en el que vivimos… no es fácil aquietar las aguas del estanque mental hasta que se vuelvan transparentes y dejen ver a su través. Pero sin intento no hay avance.