El poder del perro (2021)
dirigida por Jane Campion con Benedict Cumberbatch, Jesse Plemons, Kirsten Dunst, Kodi Smit-McPhee
El western es un gran género cinematográfico que da posibilidades infinitas para contar historias. Esta es una historia contada con refinamiento. Excelente fotografía paisajística y de interiores. Buena recreación de la vida en el Oeste americano en la década de los felices años 20. Excelentes interpretaciones de la cuñada (Kirsten Dunst) y del protagonista (Benedict Cumberbatch). Pero ahí acaba lo bueno. El resto es la mierda, o como dicen ellos (los yankis) una bullshit.
En realidad el lentisimo drama que se nos narra no tiene nada que ver con el género western. Es la historia tóxica de un rudo vaquero difícil de tratar que no es más que un gay reprimido escondido detrás de una máscara de misoginia y homofobia. Esta represión que por momentos parece que pueda llegar a superar, –pero no lo hace–, le llevará hacia un excéntrico aislamiento de la familia amargando la vida de los que lo rodean. Por rudo vaquero que pretenda parecer le delatan los detalles: una gran sensibilidad musical, una hermosa caligrafía y la capacidad de observar la naturaleza con detalles que a los demás pasan desapercibidos. El descubrimiento de las revistas con hombres desnudos en su rincón alejado de la vista de los suyos es el punto culminante para entender el desenlace final. El Poder del Perro es un tostón previsible en el que un muchacho (Kodi Smit-McPhee) afeminado, por sobreprotección materna, acaba valorando más la vida, el dinero y la salud de su madre que la de su propio tio (el protagonista) al que en cierta manera admira.
No me explico las alabanzas y premios (12 nominaciones a Oscar, que no llegaron a cuajar…) a no ser que el desierto creativo que atravesamos haga recibir aplausos a cualquier producto por poco mérito que tenga. Dentro de poco todo serán superhéroes y sagas fantásticas de Marvel y Disney….