Había oído hablar de la Tangente Perfecta (TP). Solo la mencionaban los antiguos. Fue en la Meijie donde entendí que si no encontraba al maestro de la TP nunca accedería al grado Sensei¹ del Telemark-Zen². Así empezó mi búsqueda. Hube de inclinar una y otra vez el espinazo. La TP se mostraba con esquiva tacañería. Finalmente recibí un e-mail que me convocaba al Dokusan³, un encuentro en la soledad de la nieve. La segunda semana de marzo dejé el coche en los baños de Tredos en donde el Roshi⁴ me esperaba vestido con su Rakusu⁵ encima del gore Arcteryx. Nos internamos por Colomers. Pasamos por el refugio que estaba cerrado. Seguimos subiendo con nuestros esquis ya calzados con pieles. LLegamos a la cuenca lacustre. Alli a los lagos los llaman estanques. Dejamos el Estany Major, luego el Mort, el Garguils de Baix y el de Naut. El maestro de la TP no se detenía. Siguieron el Estany Tort, el Gelat, el Podó. Yo no podía más. El maestro solo paraba dos minutos en cada lago. Empecé a darme cuenta de la circularidad del trayecto. Después del Podó vino el Obago, el Llong y nuevamente el Major de Colomers. El maestro volvió a remontar incansable en dirección al Estany Mort, el Garguils.... Hice esfuerzos para no abandonar. Me concentré. Cuando llevábamos tres vueltas al circuito mis reservas de Isostar y de frutos secos se habían acabado. El maestro solo bebía agua. Mis ojos no cesaban de mirar los collados o puertos por donde deseaba trepar para huir. El Port de Caldes lo había dejado atrás, estaba al acecho del Port de Colomers y a mi izquierda, a lo lejos, se veía claramente la salida hacia el circo de Saboredo por el Port de Ratera. La Tangente era la salida. Pero el maestro no parecía indicar un movimiento en otra dirección que no fuera el circuito de los lagos. A la quinta vuelta se detuvo sobre el mismo Estany Mort, hizo un Gassho⁶ y me dijo estas palabras a modo de Koan⁷:
“A menudo la tangente de nuestro actuar se logra usando la energía de choque entre la imposibilidad para la acción frente a la necesidad de analizarlo todo de nuestra mente pringada, sedienta de respuestas que no lleven contradicción.”
El maestro me dejó entre las manos un Kotsu⁸ de cerezo, se dio vuelta y se alejó en dirección opuesta. Empecé a reflexionar sobre sus palabras y entendí que la vida nos emplaza para dar respuestas a eventos de toda clase. El ser poco sometido a introspección, cree disponer de una conciencia unificada que actúa como centro de las decisiones que le impulsan a obrar (pero es Anatta⁹ y él no lo sabe). Abonado a esta suposición cree que tomará decisiones consecuentes con el que cree ser. Pero si la introspección no es superficial, no tardará en descubrir la contradicción en la que conviven sus tendencias. Empezará por ver que su voluntad tiene varios dueños, que su decisión de ayer es discutida hoy por un nuevo deseo, que su emoción fue capturada por algo que su mente no admite como válido o que su gusto por un manjar choca con sus conocimientos dieteticos...(despertará entonces en él la necesidad de dejar el estado de Anicca¹⁰ o sea la necesidad de perseguir el Reino de la Nieve Perpetua, el Cielo de los Practicantes del Telemark-Zen). Siendo así, aceptará la contradicción en las respuestas que su día a día le obliga a dar y verá con vértigo el vacío sobre el que transita. Todavía ajeno a la idea de que es imposible zafarse de esta condición, tratará de encontrar validez a las respuestas y buscará el origen de los condicionantes que aprisionan su obrar. Así se acercará lentamente al primer paso necesario para tomar la Tangente. En ese mismo momento entendí lo que el Roshi me había estado mostrando. Solo podía escaparme hacia la Gran Curva, hacia el esperado descenso, cuando hubiera reunido en mi la fuerza para escapar a la circularidad en la que él mismo, metafóricamente, me había aprisionado. Ya era casi de noche cuando, tras trazar unas hermosas curvas tangentes en la nieve de las laderas del Port de Caldes, conseguí desatrancar la puerta trasera de la parte libre del Ventosa. Hacía 10 bajo cero.
1/ Sensei: maestro del Telemark-Zen
2/ Telemark-Zen: es la práctica del esqui de telemark al modo del tiro con arco del Zen clásico. Una disciplina mental que se practica con el cuerpo.
3/ Dokusan: reunión privada de trabajo entre un maestro y un discípulo que puede durar desde horas a dias. Al final de ella el maestro entrega generalmente un Koan.
4/ Roshi: grado máximo de maestro del Telemark-Zen
5/ Rakusu: literalmente la túnica de Buda, es una túnica corta que se emplea para enseñar y se coloca encima de la ropa técnica de esquí (en este caso una chaqueta Arcteryx) solo en el Dokusan.
6/ Gassho: saludo juntando las manos frente al pecho como si quisieras rodear el tronco de un árbol.
7/ Koan: acertijo o juego de palabras que el maestro propone al discípulo para ver si es capaz de resolverlo y demostrar que puede acceder a un nivel superior de enseñanza
8/ Kotsu: bastón o vara, de cerezo generalmente, que un maestro entrega a su discípulo cuando lo encuentra capaz de acceder al grado de Sensei. Tiene el tamaño de un lurk o baston de telemark nordico, pero al final de un extremo adquiere forma curvada como la columna vertebral.
9/ Anatta: es la característica del mundo que no tiene yo, ni alma. No tiene ni ejerce poder alguno para cambiar nada. El hombre mientras no deja el ciclo y conoce la iluminación es anatta y no lo sabe.
10/ Anicca: en sánscrito quiere decir impermanencia. todo lo que nace, vive y sufre cambio es impermanente.
Marzo 2007