Sabemos que Buda existió, histórica y documentalmente hay evidencias suficientes, es el mismo caso que el de Cristo. Pero sobre lo que uno u otro pudieron enseñar a sus seguidores no tenemos certeza. Solo podemos creer en lo que estos dejaron por escrito, ni siquiera podemos comprobar que fuera escrito por sus verdaderos e inmediatos seguidores.
He aquí la raíz del problema: La creencia.
Muy, pero que muy resumidamente diré que Buda –que heredaba de “sus” antiguos la creencia de que al morir regresábamos al mundo en una nueva encarnación–, llegó a la conclusión de que era posible escapar a esa recurrencia vital por una vía (de trabajo espiritual) que nos libraba del kharma (causa final de la recurrencia) mediante la ruptura de la llamada generación condicionada.
La doctrina generada a raíz de la suposición de Buda se convirtió en una potente religión que a diferencia de otras no veneraba a un dios. Una religión que movió, y mueve, a millones de seguidores o sea de creyentes en la suposición de Buda.
Cristo también es un personaje que llegó a una conclusión: que el Bien es más importante que la Verdad. Como lo de Cristo lo tenemos más cercano a nuestra idiosincracia intentare ahondar un poco más para dibujar el significado profundo que se esconde en esa frase.
Cristo heredaba de “sus” antiguos una Ley Mosaica y un Dios Todopoderoso. Los tiempos históricos en los que se movió Cristo eran revueltos. Los judíos eran, en ese momento, una provincia romana, pero hasta hacia no mucho tiempo eran un pueblo libre con su rey y su casta sacerdotal. La profecía hacia esperar un Mesías que liberaría a Israel del yugo de sus opresores. Todo esto lo sabemos más o menos, es solo recordatorio.
Investigaciones arqueológicas e históricas desenterraron en las cuevas de Qumrum o Qumram, cerca del mar Muerto, hallazgos arqueológicos y textos en vasijas que prueban que en tiempo histórico de Cristo los Esenios, un secta escindida de los judíos ortodoxos, habían adoptado de oriente (recordemos que el Budismo para entonces ya era una religión de estado, después de 500 años de existencia) algunas creencias que, los Esenios, intentaban hacer compatibles con el judaísmo. Quizás la mas importante de ellas es la creencia en que no podemos causar mal a nuestro alrededor pues el mal causado nos acabará afectando más tarde o más temprano. Esa es una idea o forma primitiva del kharma que, enlazada con el judaísmo, se hacia difícil de digerir en la ortodoxia… A pesar de escindirse del judaísmo oficial, los esenios seguían creyendo en el antiguo testamento, con su paraíso y su infierno, pero discutían aquellas partes de la ley mosaica y de las costumbres judías que permitían la violencia o el daño a la vida de los demás. La misericordia y el perdón empezaban a despuntar entre sus creencias mas que la venganza del ojo por ojo o la justicia ciega e inmisericorde que impartían los sacerdotes judíos para ejemplarizar la vida de sus seguidores. Por otro lado, la idea de una resistencia pasiva, pacifica, frente a la guerra de rebelión contra el invasor –que propugnaba la religión judía oficial–, se hizo presente entre los Esenios. La idea de que la vida interior era más importante que los acontecimientos externos empezó a calar entre ellos y fueron muchos los que se recluían en las cuevas y se apartaban del mundo. A algunos historiadores les parece coherente suponer que un Cristo joven, rebelde ante lo oficial y el viejo orden, pudiera haber sido uno de ellos.
Recordemos que tanto romanos como judíos no conocían la separación entre el poder de la religión y el poder del estado. Es decir, el estado era también religión, así el consejo de los sacerdotes judíos mandaba tanto como los ministros del rey judío. Entre los romanos desde la deificación de Cesar, y el abandono de la República, los Emperadores sucesivos eran también dioses y la romanización obligaba a los súbditos a adorar a los dioses romanos que eran muchos, el Emperador entre ellos, sin que tuvieran que renegar de sus creencias autóctonas mientras eso no supusiera un problema para los dominadores romanos. Dicho esto se entiende que el planteamiento de los Esenios chocara tanto con los judíos como con los romanos. Ellos querían separar la vida interior, sus creencias por así decirlo, de la vida exterior sometida a la violencia, la desigualdad, la avaricia, la ambición, etc, pero no fue hasta más tarde cuando encontraron una formula que permitió hacer de esta aspiración una realidad…. El mesías.
Cuando Cristo, según las crónicas, inicia su vida publica –que, de ser cierto lo que se narra, solo durará tres años– es cuando regresa de algún lugar que nadie explica… Su mensaje es el de la bondad, la compasión, la caridad y en definitiva: el del Amor al otro. El no explica Verdades Reveladas, ni usa la tradición para que la gente se acerque a su visión. En algún momento ha llegado a la conclusión, como Buda en su momento llegó a la suya, de que la salvación del ser humano está en llegar al Reino de los Cielos, y el camino para hacerlo es la renuncia a lo terrenal por la vía del servicio, del sacrificio y del amor hacia los demás. Sobrepone el Bien a la Verdad que subyace en los textos judíos revelados por Yavhé. Ese es el esfuerzo, el camino de sacrificio en el que propone creer para que al morir alcancemos esa vida Eterna al lado del Dios que ha maquillado a sus contemporáneos para hacerles creer que no es un Dios vengador, justiciero e implacable como el del antiguo testamento sino un Dios bondadoso como un padre. Que está dispuesto a perdonar nuestras ofensas si seguimos el camino que Cristo nos indica. La esperanza sembrada en el corazón de los desheredados de la tierra, de los que no tienen nada que perder, es muy potente y pronto esta idea se convierte en una fuerza que sus más próximos seguidores descubren como una fuente de poder para conquistar el mundo.
Lo que siguió después de su desaparición fue la lucha por el poder religioso. Toda la doctrina cristiana es posterior al mensaje de Cristo. Y aunque el mensaje esencial, como en el Budismo, se ha intentado preservar, casi todo lo añadido lo que hace es convertir el progreso espiritual en una cuestión de poder político y de control de las poblaciones.
Pero qué hay de la Carpa Dorada?
Bien voy a intentar enlazar el conocido khoan budista de la Carpa Dorada con el mensaje de Cristo.
La Carpa Dorada que salta la red para ser libre es una metáfora de la Iluminación budista.
Un maestro joven le pregunta a otro más viejo: Qué comerá la carpa estando libre? Y el mayor le dice: Cuando tu salgas de la red te lo diré… a lo que el joven responde: vaya, un maestro tan sabio como tú que tiene a su cargo a miles de discípulos no tiene más palabras que estas? Finalmente dándose la vuelta el viejo responde: soy el abad del monasterio y tengo mucho de que ocuparme…
La carpa dorada es el símbolo de la persona que creyendo que es posible ir más allá de su realidad personal ha trabajado para disolver su identificación con el cuerpo, con sus logros, sus posesiones y en los patrones adquiridos a lo largo de su vida que le mantienen en el apego a su ego.
Dogen Zenji nos dice: Necesitamos luchar para liberarnos, pero para liberarnos de nosotros mismos, y solo lo podemos hacer olvidándonos de nosotros mismos. Conocer el camino del despertar es conocerse a si mismo, pero el verdadero conocimiento de si mismo solo pasa por ser capaz de olvidarse de si mismo. Solo así podemos sumergirnos en aquello que Somos y a lo que de forma inconsciente nos enfrentamos.
Cristo dice: El que pierde la vida la ganará y el que gana la vida la perderá para la eternidad.
Otro koan budista dice: Si tu tienes un bastón te lo quitare, si al fin no tienes bastón entonces te lo podré dar para siempre.
Mi particular hipótesis es que ambos mensajes, el budista y el cristiano, en su raíz contemplan un mismo camino para llegar a sitios diferentes que solo cambian por que las tradiciones previas condicionaron el mensaje. Uno para evitar la rueda karmica de la reencarnación, el otro por que la aspiración del monoteísmo judío había creado la expectativa de un Cielo Eterno donde por fin descansar al lado de Dios.
En ambos se parte de una conclusión: que la liberación del sufrimiento humano es posible mediante un determinado camino. Una conclusión en la que, para que sea posible saber si es así, debes de creer.