miércoles, 21 de noviembre de 2018

Memética, Postmodernismo, Nacionalismo y Teoria de Juegos

Hay muchos estudiosos que consideran que las culturas son una especie de infección o parásito mental, y que los humanos son su anfitrión inconsciente. Los parásitos orgánicos, como los virus, viven dentro del cuerpo de sus anfitriones. Se multiplican y pasan de un anfitrión a otro, alimentándose de sus anfitriones, debilitándolos y a veces incluso matándolos. Mientras los anfitriones vivan el tiempo suficiente para transmitir al parásito, a este le importa poco la condición de su anfitrión. De la misma manera, las ideas culturales viven dentro de la mente de los humanos. Se multiplican y se extienden de un anfitrión a otro, y en ocasiones debilitan al anfitrión e incluso lo matan. Una idea cultural (como la creencia en el cielo cristiano por encima de las nubes del paraíso comunista aquí en la Tierra) puede impulsar a un humano a dedicar su vida a extender dicha idea, incluso al precio de la muerte. El humano muere, pero la idea se extiende. Según esta aproximación, las culturas no son conspiraciones urdidas por algunas personas con el fin de sacar partido de otras (como los marxistas propenden a creer). Más bien, las culturas son parásitos mentales que surgen accidentalmente, y a continuación se aprovechan de todas las personas a las que han infectado. Esta aproximación se denomina memética. Supone que, de la misma manera que la evolución orgánica se basa en la replicación de unidades de información orgánica denominadas genes, la evolución cultural se basa en la replicación de ‘unidades de información cultural’ llamadas «memes».[1] Las culturas que tienen éxito son las que sobresalen en la reproducción de sus memes, con independencia de los costes y beneficios para sus anfitriones humanos. Algunos de los estudiosos de las humanidades desdeñan la memética, en la que ven un intento de explicar los procesos culturales con analogías biológicas. Sin embargo, y paradójicamente, estos mismos estudiosos son partidarios del hermano gemelo de la memética: el llamado posmodernismo. Los pensadores posmodernistas hablan de discursos y no de memes como componentes esenciales de la cultura. Aunque también ellos consideran que las culturas se propagan con poca consideración para el beneficio de la humanidad. Por ejemplo, los pensadores posmodernistas describen el nacionalismo como una peste letal que se extendió por el mundo en los siglos XIX y XX, causando guerras, opresión, odio y genocidio. En el momento en que las gentes de un país eran infectadas por dicha peste, las de los países vecinos tenían también muchas probabilidades de contagiarse del virus. El virus nacionalista se presentaba como beneficioso para los humanos, pero sobre todo ha sido beneficioso para sí y su propagación. Argumentos similares son comunes en las ciencias sociales bajo los auspicios de la teoría de juegos. La teoría de juegos explica cómo, en sistemas con múltiples jugadores, las consideraciones y las pautas de comportamiento que dañan a todos los jugadores consiguen no obstante arraigar y extenderse. Las carreras armamentistas son un buen ejemplo de ello. Muchas carreras armamentistas llevan a la bancarrota a los que participan en ellas, sin que realmente cambien el equilibrio militar del poder. Cuando Pakistán adquiere aviones militares avanzados, la India responde de la misma manera. Cuando Pakistán aumenta su marina de guerra, la India hace lo mismo. Al final del proceso, el equilibrio de poder puede quedar en buena medida tal como era, pero mientras tanto, miles de millones de dólares que podrían haberse invertido en educación o salud se han gastado en armas. Pero es difícil resistirse a la dinámica de la carrera armamentista. La «carrera armamentista» es un patrón de comportamiento que se extiende como un virus de un país a otro, dañando a todos, pero beneficiándose a sí mismo, según los criterios evolutivos de supervivencia y reproducción. (Téngase en cuenta que una carrera armamentista, al igual que un gen, no tiene conciencia: no busca conscientemente sobrevivir y reproducirse. Su proliferación es el resultado no pretendido de una dinámica poderosa.) No importa cómo la llamemos, teoría de juegos, posmodernismo o memética, la dinámica de la historia no se dirige a mejorar el bienestar humano. No hay base alguna para pensar que las culturas que más éxito han tenido en la historia son necesariamente las mejores para Homo sapiens. Al igual que la evolución, la historia hace caso omiso de la felicidad de los organismos individuales. Y los individuos humanos, por su parte, suelen ser demasiado ignorantes y débiles para influir sobre el curso de la historia para su propio beneficio.

Fuente:  “Sapiens” Youval Noah Harari

[1] Memética: Susan Blackmore, neuropsiquiatra, autora de “La máquina de los memes”