Queridos cagamandurrias, este comentario esta inspirado en la película “El Renacido”, y os llamo cagamandurrias, como me lo llamo a mi mismo, por que es el último escalón de la división humana, que tiene tres peldaños, hombres, hombrecillos y cagamandurrias.
Entiéndase que es un genérico así que aplíquese a mujeres por igual.
Y es que cuando ves las penalidades que pasa el pobre Leonardo DiCaprio, aunque sean poco creíbles, piensas en lo flojeras que somos todos. Y lo muy quejica que es la mayor parte de la gente. Ay que me duele por aquí, ay que me duele por allá y no han pasado tres minutos que ya estamos tomando un Gelocatil o un Ibuprofeno... Con los niños pasa lo mismo. Los padres están tan acostumbrados a no aguantar nada que no permiten la mínima penalidad en sus hijos. Así lo sufrimos los sufridos pediatras de mutua…
Durante miles de años, bueno no hace falta ir tan lejos, pongamos en los últimos 300 años, los hombres eran hombres o sea, duros, rudos, tenían resistencia física, aguantaban el clima adverso sin quejarse, lo consideraban parte de la vida ordinaria, no se arrugaban ante el frío, la lluvia o la nieve... Comían lo que tenían a mano, sin mediar nevera alguna. Bebían un agua y un vino que a nosotros nos haría arrugar el morro.
Después, hace dos siglos, en el XIX, empezaron a llegar los hombrecillos... Las cosas cambiaron con la llegada del gas y de la electricidad a las ciudades, todavía seguían siendo hombres los que vivían en el medio rural pero en las ciudades aparecieron y se criaron los hombrecillos que iban muy bien vestidos y usaban sombrero, en carruajes mullidos tirados por caballos, no pasaban frío por que ya tenían calefacciones en las casas, no solo chimeneas, y el vino mejoró mucho a partir de 1850 cuando se tuvieron que replantear que hacían con lo poco que quedó después de la filoxera... Finalmente en nuestra segunda mitad del siglo veinte apareció la medicina moderna, las fibras artificiales, la comida basura, la comida estrella michelin, la nouvelle cuisine, pero sobre todo apareció el confort... aire acondicionado total, climatizador verano e invierno, agua caliente siempre que quieres, transporte a la puerta de casa, colchones de super comodidad que se adaptan a la espalda y te cantan una nana que te quedas frito en medio minuto... pero eso si, no aguantamos un resfriado sin ir al medico, ni una gripe sin atiborrarnos de ibuprofeno cuando no de antibióticos innecesarios, ni una arruga en la cara sin ir al estético a que nos hinche de silicona o de hialurónico, cuando no al cirujano a que nos estire al piel... y es que ha aparecido el cagamandurrias.
Yo quiero ser como Leonardo.
Que cuando haga frío me cague en sus muertos, en los del frío. Pero que no me pille la neumonía ni se me note la tiritera, aunque no tenga un primalof a mano. Que cuando me destroce un oso. Me rompa varias vértebras, varias costillas y la tibia por tres partes, después de una semana ya pueda andar perfectamente apoyado en un bastón. Sin yesos ni férulas ni puñetas. Eso quiero para mi. Que coño esa pesadez de ir al traumatologo y de hacerme resonancias. Nada de nada. A puto pelo como los hombres de verdad, no como los cagamandurrias que por una triste rotura parcial de ligamento cruzado de la rodilla han de llevar tres meses una Donjoy y tomar aceclofenaco tres veces al día durante un mes. Y de bañarme solo en verano, cuando el agua esta templadita, ni hablar. Hay que mojarse en pleno invierno, y estar con agua a 2 grados durante horas encima de un tronco para hacerse resistente a todo. Y comer? voy a deciros lo sanísimo que es comerse las sardinas sin asar. Se empieza por la cabeza y se mastica mucho. Son sanísimas y llenas de omega 3 del bueno. Ademas, como están crudas, acostumbran a ir acompañadas de unas cuantas bacterias que enriquecerán a tope nuestra flora intestinal. Así cagaremos bien y no olerá mal. Olerá como huele la caca de perro que come dieta Barf, o sea bien. Porque es importante cagar, ya se sabe: antes de entrar dejen salir por favor. Por eso los hombres no usan papel higiénico, solo lo hacen los hombrecillos y los cagamandurrias. Los hombres van a cagar y cagan como los perros, no se les ensucia el ojete ni les huele mal el calzón. O habéis visto algún perro que necesite limpiarse el culamen con Kleenex?