INFORMACION GENERAL DE LA CIUDAD
Para el que no ha estado se ha de explicar que la ciudad de NY tiene 5 Boroughs o Municipalidades, todos ellos islas a excepción del Bronx que está en el continente. Las islas son Manhattan, Queens, Brooklin y Estaten Island. Manhattan está separada del Bronx, al norte, por el río Harlem, del que toma el nombre el barrio o distrito, que está situado al norte de Manhattan y por tanto separado del Bronx por el río de su nombre. Queens y Brooklin están separados de Manhattan por el East River y la isla en la que están se llama Long Island, de la que, Queens y Brookilin solo ocupan una pequeña parte, la parte más al sureste de toda la isla. Estaten Island está separada tanto de Long Island y de Manhattan por el estuario del río Hudson. Y finalmente Manhattan está separado del continente (New Jersey) al este por el río Hudson y al norte como hemos dicho por el río Harlem que es en realidad un afluente final o un brazo del río Hudson. Geográficamente enrevesado pero necesario para entender la enormidad de los puentes que unen las partes de NY entre si.
Los dos aeropuertos están en Queens, y el JFK es el que está más alejado de Manhattan.
NY tiene 9 millones de habitantes y es la ciudad más poblada de USA. Si contamos el área metropolitana de influencia directa se calcula que la población es de 22 millones de habitantes.
LA DESMESURA
Cuando llevas un par de días en NY intentas, yo al menos, encontrar palabras para expresar de forma resumida la impresión que te causa la ciudad. Y cuesta mucho elegir sobre que aspecto centrarse. Entre otras cosas por que te vas sorprendiendo a cada paso y vas cambiando o intercambiando imágenes mentales entre lo que creías y lo que ves, entre lo que te habían dicho y lo que en realidad contemplas. Como cualquiera, yo también tenia un montón de prefiguraciones que al contrastar con la realidad creaba nuevos marcos mentales a los que a menudo me resistía y en los que con frecuencia me rendía, no sin asombro y con cierto grado de incredulidad. Una de las frases más auto-repetidas es: no me lo puedo creer, y lo tenia delante, listo para aceptarlo por mucho que me costara hacerlo en un primer momento. A medida que van pasando los días te vacunas ante lo difícil que es tragar con tanta desmesura. Porque si hay alguna palabra para definir el conjunto, es esa: desmesurado.
LOS CONTRASTES
Salta a la vista que NY es una ciudad de contrastes, pero no es suficiente. Es tal la complejidad de las realidades que chocan entre si, que parece imposible hacer viable una ciudad así, socialmente hablando. Sin embargo funciona. Si, funciona a pesar de la pobreza que ves a menudo en las calles, funciona a pesar de que te explican que tan solo el 20% de los neoyorquinos tienen coche, funciona aunque te digan que el 90% de los neoyorquinos solo tienen 10 días de vacaciones al año, funciona a pesar de que te digan que cada día emplean de media dos horas para desplazarse a su trabajo, pues es imposible vivir en Manhattan con alquileres medios de 3000$ por un apartamento de una habitación, que equivale al sueldo máximo de cualquier empleado normal. Contraste con los apartamentos de Chelsea junto a la High Line, anunciados desde 2,5 millones de dólares el más pequeño de una habitación hasta los 6 millones de dólares los de 3 y 4 habitaciones. Y sin embargo se venden. Hay tanta variedad de gentes que el mercado sobrevive y crea los productos para que sea posible el renacimiento urbanístico en el que están metidos los barrios que durante la recesión fueron abandonados por las actividades comerciales o industriales. Parece imposible que el sistema lo soporte, y durante estos días me he planteado a menudo si no estaremos ante el canto del cisne previo al colapso final de nuestro mundo globalizado. El fin de la civilización occidental industrial que predice la teoría de Olduvai.
LOS COCHES
La primera impresión al llegar al aeropuerto es que solo hay Toyotas. Todos los taxis eran de esta marca, la mayoría Camry y muchos de ellos híbridos. Pero el taxi que el ayuntamiento ha decidido imponer como modelo único –después de diez años de luchas legales– es el Nissan NV200 fabricado en la planta que Nissan tiene en Mexico. Al margen de los taxis amarillos, lo más llamativo es la cantidad de coches japoneses o coreanos que hay. Mi impresión era que la mayoría eran Toyotas, Hyundai, Samsung, Honda, Nissan, Infinity, Lexus o Acuras. A veces me paraba a contar cuantos veía en un semáforo y comparaba cuantos japoneses, cuantos europeos y cuantos americanos veía entre los 20 o 30 que esperaban el verde. De cada diez: 6 o 7 asiáticos, 2 europeos y 1 americano. Pero esta primera impresión tuve que ir matizándola a medida que pasaba más días en NY. La proporción varia mucho dependiendo del barrio y de la hora. Así fue como empecé a ver muchos Dodge, Christler, Ford, Lincoln, Cadillac, GMC, la mayoría SUV urbanos de grandes dimensiones, al lado de los cuales nuestros Q7 o Mercedes GL parecían pequeños. Los Suburban, Yukon, Durango, Escalade y similares son monstruosamente grandes, desmesurados para el uso urbano al que están destinados. Bastantes berlinas Mercedes de alta gama, menos BMWs y Audis, casi ninguno de otras marcas europeas. Pero la gran mayoría seguían siendo los asiáticos. En ningún sitio había visto tal concentración de Lexus, Infinitys y Acuras, parecía que los regalaran. El SUV que más me impresionó por lo grande y bonito que era, fue el Infinity QX80, no lo había visto nunca. Un autentico monstruo con un motor V8 de 5,6 litros y 400cv. Para mi, estéticamente muy por encima del máximo exponente del SUV americano que podríamos decir es el Cadillac Escalade. He de aclarar que, ni teniendo el dinero que cuesta, compraría un coche así... pero eso no quita mi admiración por el fenómeno.
LOS RASCACIELOS
Está claro, para mi, que la imagen prototípica de NY, es el Manhattan de los rascacielos. A pesar de saberlo cuando los tienes encima, te das cuenta verdaderamente de lo que son y lo que representan: un poderío industrial difícil de imaginar y cuantificar. Después de unos días ya te parecen normales, pero no. No es normal tal cumulo de acero y cristal para demostrar que tienes más que el vecino. Pues la pugna por elevar rascacielos, a cual más alto que el anterior, es en el fondo una cuestión de vanidades, a veces personales, a veces corporativas.
Como es un hecho muy significativo he buscado y resumido la historia evolutiva de los rascacielos neoyorquinos para aquellos que algún día visiten esta ciudad y tengan curiosidad histórica.
Se puede decir que la evolución de los rascacielos tuvo cinco etapas que corresponden a diversos hechos históricos que determinaron su diseño y construcción, así como a las corrientes artísticas que se aplicaron en esas etapas.
Etapa previa. (1850-1888). Esta etapa está marcada por dos hechos importantes: la Exposición Universal de 1852, cuando Samuel Otis presenta el primer ascensor de la época moderna, y la Guerra Civil Americana (1860-1865) que consolida a Nueva York como la capital financiera de Estados Unidos. Se caracteriza por el creciente interés sobre los edificios altos y de esa época eran edificios como el Old Post Office Building en Park Row, los edificios Tribune y Western Union. Un papel relevante para el futuro desarrollo del rascacielos fue la construcción del Puente de Brooklyn (1869-1883).
Primera Etapa (1889-1916). Se inicia con la construcción del primer rascacielos con estructura de acero de la ciudad, el Tower Building, y termina en plena Primera Guerra Mundial y la promulgación el primer reglamento de Zonificación de Nueva York de 1916. Esta etapa está marcada por el crecimiento de la influencia del poder financiero de Estados Unidos, el inmenso poder de las trust, y por supuesto, la Primera Guerra Mundial. Los rascacielos de la primera etapa se distancian de la famosa Escuela de Chicago, y tratan de buscar un estilo propio, por lo que estos edificios son, muchas veces, de diseño muy tosco. Esta época está dominada por edificios como el Singer Building, y el Woolworth Building que fueron los más altos del mundo por esos años.
Segunda Etapa (1916-1940). Está marcada por la Ley de Zonificación de 1916 que surgió a raíz de la construcción del Equitable Building y que reguló el diseño y la forma de los rascacielos y que dio origen a la famosa forma del "Pastel de Bodas". Lógicamente está época está dominada por el nuevo papel de Estados Unidos del país más poderoso del mundo, por el "boom" económico de los años 20, que implicó un verdadero "boom" en la industria de la construcción en Nueva York, y que tuvo como nuevo campo de pruebas el área de Midtown Manhattan; y por supuesto esta etapa culmina con la Gran Depresión y el inicio de la Segunda Guerra Mundial. En esta época el rascacielos adopta el diseño escalonado y el Art Decó como su sello de distinción y es en donde se realizan las grandes proezas arquitectónicas, fruto del desenfreno económico de los años 20 y del esfuerzo por salir adelante de la Gran Depresión en los años 30. Así, los rascacielos Chrysler, Empire State y el Rockefeller Center son el sello distintivo de esta etapa, en la cual el Empire State Building, con sus 102 pisos dominaría al mundo durante más de 40 años.
Tercera Etapa (1945-1974). Esta etapa está marcada por la elección de Nueva York como sede de la Organización de las Naciones Unidas y la prosperidad económica que vivió los Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial, y que benefició a la ciudad de Nueva York en todos los aspectos: un gigantesco boom de la construcción que modifica el perfil de la ciudad como nunca antes. Culmina con la severa crisis financiera, fiscal y social que atraviesa Nueva York desde finales de los sesentas y que lleva casi al colapso a principios de los setentas. En esta etapa de postguerra, de renovación urbana, crisis sociales, temor a la Guerra Fría y récords mundiales es dominada por el Estilo Internacional, y por la ley de Zonificación de 1961, que elimina el concepto de rascacielos de "Tarta de Boda" y propone inmensos monolitos de cristal y aluminio a cambio de crear plazas públicas. Así, en este contexto, se construyen cuatro mega-proyectos: las Naciones Unidas, el rascacielos del Chase Manhattan Bank, el Pan Am Building, y por supuesto la construcción de las Torres Gemelas del World Trade Center.
Cuarta Etapa (1976-2001). Esta es la etapa de recuperación económica y se centra en la etapa de globalización económica, la caída del comunismo, la avaricia de los años ochenta y noventa y culmina trágicamente con los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 que derrumban las Torres Gemelas del World Trade Center. En esta época encontramos el dominio de la arquitectura postmoderna y por edificios como el Trump Tower, el AT&T Building y el World Financial Center, así como la reconstrucción de Times Square.
Quinta Etapa (2001-Presente). El trauma de los ataques del 11 de Septiembre se va superando a lo largo de los siguientes años pero Nueva York acusa la crisis económica que se inicia hacia el 2007 y retarda los planes de reconstrucción del Wordl Trade Center que tardara más de 10 años en reconstruirse como Zona Zero. Desde hace un par de años la ciudad vive un nuevo boom arquitectónico, centrado sobre todo en la reconstrucción del World Trade Center, el edificio Oculus de Calatrava y la Fredom Tower o Tower One, la más alta de NY, pero también con nuevos edificios como el Bank of America Tower, The New York Times, el Bloomberg Tower y las nuevas construcciones al sur de Times Square, eje central de la nueva metamorfosis.
CUESTIONES PRACTICAS
Epoca del año. Dependerá de la época del año en que se puede viajar. Si es elección, o sea se puede elegir la época del año, lo mejor es primavera, no más tarde de San Juan, por que a partir de finales de junio el calor es verdaderamente importante, nuestro guía nos lo explicó al detalle. Ni se os ocurra hacerlo en julio o agosto. Imposible estar al solano más de media hora, si no llevas sombrero con paraguas incorporado, como hemos visto a turistas japos llevar estos días. Las temperaturas de 35º son normales y la humedad ambiental es apabullante. Si viajáis por primera vez es una pena hacerlo en invierno, los parques están mucho más bonitos en primavera, y sobre todo por que hay muchas nevadas y ocasionalmente caos circulatorio con las aceras congeladas. Si no es la primera vez y vais de compras exclusivamente, el ambiente navideño, según nuestro guía, es de lo mejor y un buen momento para viajar pues las tarifas son más bajas fuera de los días señalados de navidad y fin de año. La temporada baja empieza a partir del 2 de enero. El mes en que llueve menos es Junio.
Ropa y equipaje. Llevad poca ropa, la que necesitéis de más la podéis comprar allí. La ropa de marca es más o menos como aquí de precio, pero hay tiendas de ropa mucho más barata que aquí. Llevad solo equipaje de cabina sin facturar. A la vuelta compráis una maleta o bolsa grande de viaje y la llenáis con las compras, la facturáis y si se pierde en los transfers ya os llegará con algún día de retraso. Zapatos cómodos, mejor un solo par y si necesitáis unas buenas bambas de callejear compraros unas Skechers americanas que allí son la leche y hay muchos más modelos que aquí, y mucho más baratos.
Hoteles. Mirad bien la situación. El ideal es la zona al Oeste de Times Square, pero no más allá de la 8a av. pues tendréis que caminar demasiado, o coger autobuses para acercaros a las zonas centrales. El nuestro estaba muy bien situado en la 8a Av con la calle 46. La calle 42 con la 7a o la 6a es donde hay mayor concentración de lineas de metro, es la zona de Times Square. Así que desde nuestro hotel, en diez minutos caminando teníamos acceso a cualquier linea de metro para ir a cualquier parte de NY.
El hotel Riu Plaza Times Square es normal, no de lujo, y hablan español todos los empleados, de hecho casi todos los que se alojan son turistas españoles o sudamericanos, no sabemos por que. En un restaurante de la zona Hell’s Kitchen, cuando les dijimos que éramos españoles nos dijeron: ah! entonces estarán alojados en el Riu Plaza no? y nos quedamos a cuadros. Este hotel no lo elegimos nosotros, nos lo proporcionó la agencia de viajes en donde contratamos el paquete avión + hotel, y conociendo a Anna, que mira bien lo que compra, fue una oferta de muy buen precio para lo que corre por ahí...
Calles. Manhattan es una isla alargada de norte a sur. La cuadricula de las calles es muy práctica. Las que van de norte a sur son Avenidas, comienzan la numeración de este (derecha en el plano) hacia oeste. Hay 11 avenidas y la 5a Avenida marca la diferencia entre el este y oeste de las calles. Las calles son las transversales y comienzan al sur y van subiendo hasta la 140. Cada calle está divida en dos denominaciones por la 5a avenida, así las partes de una calle al este de la quinta son las East Str. y las partes de la misma calle que están al oeste de la quinta son las West Str. Por ejemplo: si te dan un numero de calle te indican primero el side, o sea si es 306 West 46th Str. quiere decir que este numero estará a la izquierda de la quinta avenida. Las avenidas son unidireccionales de 4 carriles, alguna quizás algo más, pero no son tan anchas como una Diagonal, por poner un ejemplo. Las calles son de media como la calle Muntaner, algunas incluso menos, pero hay algunas pocas excepciones notables como la calle 42 que es tan ancha o más que alguna avenida y tiene doble circulación, algo raro en NY. Lo habitual es único sentido. Las calles están fatal de asfaltadas y algunas tienen carril bici que a menudo es invadido por las hordas peatonales, cosa que ocurre siempre a las 5 y pico de la tarde cuando sueltan al personal y todos van como locos con la mirada perdida en el horizonte... a la busca del metro o bus. Cuando andéis por una calle atestada procurad no pararos en el centro para mirar un plano o el móvil, por que os arrollaran sin piedad y además os insultaran en argot sin contemplaciones.
Si has de calcular tiempos de recorrido ten en cuenta que las distancias son grandes. Cada 4 calles tardas 10 minutos en andarlas, cada avenida 5 minutos en recorrer la manzana. Son rectangulares, no cuadradas.
Por cierto olvidaros de aceras pavimentadas estilo ensanche barcelonés. Lo nuestro es de lujo comparado con la cutrez del piso callejero neoyorkino.
Bicis. Pocas, poquísimas bicicletas en el tejido urbano de Manhattan, comparado con el gentío que lo habita y patea. O comparado con lo que vemos en BCN. Aunque NY tiene 1600 km de carril bici, su utilidad no es comparable a BCN con sus 130 km. Eso es debido a que en Manhattan solo hay unos 250km de esos 1600km, el resto está en Queens, Brooklyn, Staten Island y Bronx. Tiene mucho carril a lo largo de las riberas del Hudson para pasear y hacer excursiones pero en el trafico de Manhattan el uso principal del carril bici lo hacen tanto los peatones como los coches mal aparcados invadiendo el carril. En mi opinión hacer bike por Manhattan es una aventura para frikis y atrevidos amantes de la perpetua lucha entre el coche y la bici. Un placer-deporte para muchos, entre los que me encuentro, que en BCN ya no es posible practicar debido a la exagerada regulación que se nos ha impuesto. En NY si vas por la acera te arriesgas a que te insulten a cada momento y si te pilla un policía de la NYPD te mete una multa de ordago, no así si haces el indio entre coches. Eso es a tu riesgo. Las bicis de alquiler llevan un seguro extra por si te la roban que vale 3$ por día. El casco solo es obligatorio para menores de 14a. De hecho solo vi bikers con casco en aquellos que se les veía auténticos amantes de la bici, que en general llevaban bicis de carretera chulas o singles, muchas singles urbanas guapísimas (singles=bicis sin cambios de marcha, con un piñón único y un solo plato). Como apenas hay cuestas se entiende que el uso de las singles esté tan extendido. A diferencia de Manhattan en Brooklyn (no estuvimos en Queens) las bicis son mucho más abundantes y los aparcamientos de bicis al lado de las bocas de metro recordaban Amsterdam por lo atestado y por el tipo de bicis urbanas. El guía nos explicó que mucha gente, que vive en Brooklyn o en las afueras deja la bici allí, para coger el metro e ir a trabajar a Manhattan, para ahorrarse atravesar los puentes y el tráfico. Debe ser habitual, como aquí, que roben bicis, pues los candados y cadenas son todos de tamaño americano, o sea desmesurados.
Nosotros alquilamos las bicis al lado de Central Park para tres horas, pero después vimos que es mejor alquilarlas cerca de los muelles, concretamente frente al Pier 86, al lado del museo Intrepid Sea, Air and Space Museum, (sobre el portaaviones Intrepid, que por cierto es espectacular y vale la pena visitarlo si tenéis tiempo) allí hay un alquiler de bicis mucho más barato, la mitad, que el de Central Park y con bicis super nuevas, no como las que pillamos nosotros que eran de la época de maricastaña. Si vuelvo a NY alquilaré una bici para todo el día pues las distancias a pie son excesivas y si vas en metro te pierdes parte del encanto de la ciudad. Eso si, con un buen candado y un casco por si las moscas. Las City Bikes están desaconsejadas pues los periodos para dejarla en una estación de bikes, de las que hay muchas, es de media hora. Si te pasas de tiempo te cargan automáticamente 18$ cada hora de más. Sirven para hacer desplazamientos pero no para hacer turismo, pues tendrias que esta cambiando a menudo y pendiente del reloj.
Transporte publico. Es muy eficaz, eso es lo primero que hay que decir. Los metros van en el sentido de las avenidas o sea de norte a sur, y los buses van transversalmente, una linea en cada calle de este a oeste. Super practico. Es conveniente pillar una Metrocard de una semana. Por 30$ solucionas el transporte, pues sirve tanto para metro como para el bus. En caso contrario cada trayecto único cuesta 2,75$. Si echáis cuentas queda amortizado enseguida. Los metros en general son del año de la polka, pero es comprensible por que la red de metro es de las más antiguas del mundo, las estaciones también son antiguallas pero tienen su encanto. Nuestros metros y ferrocarriles despertarían envidia a los neoyorquinos. Los buses son como aquí pero con más frío todavía... Evitad las horas puntas, o sea a primera de la mañana y entre las 5 y las 6 de la tarde. Los metros van a reventar y las colas de los autobuses son largas, muy largas.
Los taxis son relativamente baratos, no son más caros que aquí. Del aeropuerto JFK, (que está donde aquel perdió el gorro, al final de Queens) a Manhattan se tarda una hora en horario normal, si es en horas punta pueden ser dos horas. El precio ha de ser negociado de antemano, de hecho hay una tarifa flat anunciada en los costados de los taxis que la practican, que son la mayoría. Depende del lugar de Manhattan puede oscilar entre los 50 y los 70 dólares el trayecto. En este precio se incluyen las tasas y los peajes del túnel o del puente que se atraviese. Yo deje 5$ de propina a la taxista ecuatoriana que nos devolvió al JFK al marcharnos porque era una crack que a preguntas mías sobre NY que no sabia contestar se conectaba con el Siri de su IPhone 6 y nos informaba de la búsqueda Google... un lujo. Como hicimos el trayecto en hora punta estuvimos exactamente dos horas para llegar al aeropuerto. Entonces entendí porque nos habían recomendado salir del hotel con 5 horas de antelación al vuelo...
Visitas a Museos, Rascacielos y demás. Una vez estudiado el tiempo disponible y las prioridades de lo que os gustaría ver buscad un CityPass adecuado. No son baratos. Nosotros elegimos un CityPass Explorer, que por 120$ te deja elegir 5 opciones entre 60 y pico posibilidades. Elegimos ver o hacer: 1) Alquiler de bici por tres horas para Central Park, 2) American Museum of Natural History, 3) Top of the Rock (Rockfeler Tower, segundo más alto rascacielos), 4) Tour en barco HighLights, 5) Tour en Bus Turístico por UpTown y DowTown. No elegir el MET (Metropolitan Museum of Art) por que la entrada no tiene precio, es la voluntad que quieras donar... nosotros dimos 20$ por los dos, más la audioguia de m... que nos costó 7$ a cada uno... aunque luego les hicimos la pirula y se la pasamos gratis a unos colombianos, pues no te hacen dejar ningún documento :)
Que és imprescindible hacer o ver a nuestro juicio. Aunque esto es muy personal hay que mojarse y decidir. Hay que priorizar las visitas, pues en una semana no da para ver todo lo visible. Para nosotros, y en este orden de prioridades, esto sería lo imprescindible si dispones de una semana. Lo que falta, quedará para la próxima vez...
Bus Turístico, el primer día. Así te haces una idea global de NY. Primero 2,30h para DownTown y despues 2h para UpTown. Mejor cogerlo a primera hora de la mañana, a las 9h. y acabar en Central Park South, para comer en el Plaza Food Center.
Central Park, en bicicleta, una hora y media, ampliable según paradas. Dentro del parque visitas obligadas: Imagine en el corner Strawberry Fields, Balto monumento al heroico perro husky, la fuente Bethesda la super clásica de todas las pelis, el paseo de los literatos con bronces de escritores con Shakespeare a la cabeza y la escultura de Alicia en Wonderland (que nosotros no vimos).
Uno cualquiera de los tres posibles rascacielos: Top of the Rock, Empire State, Freedom Tower o Tower One. De día o de noche. A nosotros nos pareció mejor hacerlo de día y en la zona media de la ciudad, como es el caso del Rockfeler, pues desde los otros no se ve Central Park desde el aire... y vale la pena la vista.
Tour en barco para ver Manhattan desde el río Hudson. Mejor en el que se inicia a las 7 de la tarde para ver la puesta de sol y al regreso ver el skyline nocturno iluminado que es una maravilla. Tomando esta opción se obvia la necesidad de subir a un rascacielos por la noche. Acaba a las 10 de la noche. Llegad antes de las 18h al Pier 86 o reservar... porque se embarca por orden de llegada y es importante coger buen sitio en popa.
MET sin palabras. Una mañana o una tarde. Unas 3 horas, centrándose solo en pintura.
Museo de Historia Natural, aunque un poco anticuado vale la pena por la parte de dinosaurios y mundo marino. La parte etnográfica también es interesante pero le hace falta un look más moderno. Unas dos horas es suficiente.
Recorrer la 5a avenida y, al pasar, entrar en la Catedral de San Patricio a dar un vistazo.
Recorrer Broadway desde Times Square hasta Madison Square o Union Square
Visita a pie por DownTown: Battery Park, Distrito Financiero, Zona Zero, Tribeca, Greenwitch Village. Una mañana.
High Line y Chelsea Market. Dos horas.
Comer un sandwich de pastrami en Katz o Deli Carnegie
Comer o cenar en el Plaza Food Center.
Comer o cenar en el Eataly en Madison Square, frente al edificio Flatiron.
Cenar en el HardRock Café de Times Square, y pedir de postre un Cheesecake de Oreos
Visitar la Gran Estación Central y la tienda Apple que hay dentro. Una hora.
Visitar el Lincoln Center. Una hora.
Atravesar Nolita y ChinaTown sin perder mucho tiempo. Una hora.
Comprar en Whole Foods, supermercados ecobio brutales, hay varios, pero recomendamos parar en el de Columbus Circus para hacer una pausa café o birra. Así también veis al discutido Colom, que allí todavía siguen pensando que era genovés...
Pillar la linea M de metro en Times Square, para ir a visitar el barrio de Williamsbourg en Brooklyn. Aprovechando que estáis cerca atravesar la zona judía ortodoxa de Brooklyn, sin perder tiempo, solo para ver lo pintoresco de las vestimentas y el cambio de aspecto del barrio. Media mañana. Regresar a Manhattan nuevamente en metro. A no ser que desde Williamsbourg queráis ir al centro de Brooklyn en metro y regresar a Manhattan andando por el puente de Brooklyn (algo más de 2 km). Nosotros no lo hicimos.
Desayunos, precios de las comidas, propinas y uso de VISA. Los hoteles no incluyen, en su mayoría, el desayuno; hay que hacerlo por la calle. Entre multitud infinita de opciones, acertar es cuestión de vista y de suerte. En general no salíamos nunca por debajo de los 20$ para los dos. Los donuts, carrot-cakes, cheese-cakes y demás son espectaculares en casi cualquier sitio. Los Starbucks son abundantes y el café americano es generalmente bueno. Las comidas al mediodía se pueden substituir por un buen sandwich, los de pastrami son para mi los mejores, pero los philly cheese steak o los wraps de salmón y lechuga también son excelentes para una comida. Ensaladas espectaculares y en muchos sitios te las puedes montar a tu gusto. Los carritos de hotdogs y de halal están en cada esquina y son otra opción para seguir callejeando. En general una comida de sandwich sale por 10$ por cabeza bebida a parte. Una birra cuesta 7$ de promedio, un capuccino 4$, un café 2-3$ y un agua embotellada tamaño individual sale por 3$, si, carísima, aunque también depende del sitio. En los restaurantes te traen el agua del grifo de forma automática, no hace falta pedirla, en algunos te traen ya un vaso grande (tamaño americano) o bien en algunos una botella, de cristal, eso si, rellenada de agua absolutamente potable pero con gusto a cloro. El vino es bastante caro, no menos de 25-30$ el más económico. Los menús, en general de dos platos, oscilan entre los 25-30$, bebida aparte.
Las propinas son un punto importante. Como sabréis el servicio no esta incluido, así que cuando te llega la nota viene al final, casi en todas partes, un pequeño recuadro que te indica lo que has de dejar, ofrecen tres opciones: un 15%, un 18% o un 20%. Si pagas con VISA, se la llevan (no como aquí que te traen la terminal y tienes que meter el pin) y te traen de vuelta la VISA con la cuenta para que la firmes, es en ese momento cuando puedes anotar con el boli, que te dejan, la cantidad de propina que añades, es importante no dejar en blanco el lugar destinado a la propina por que te pueden ellos añadir lo que quieran, ya que ya han cargado la numeración de la VISA en su sistema. Lo que hacen, después de llevarse la cuenta firmada con el añadido de la propina, es volver a cargar en tu VISA esa cantidad en concepto de servicio. Es complicado pero según nuestro guía no hacen pirulas por que está muy penado si los enganchan con reclamaciones de turistas. Nosotros tardamos en saber como iba el sistema un par de días, y, mientras, lo que hicimos fue dejar siempre propina en metálico si pagábamos con VISA. Guardar las copias de los cargos es importante para comprobar a posteriori que no hay ningún abuso.
En 2016 el sistema de VISA con chip y pin no está extendido como aquí, más bien son pocos los establecimientos que tienen este sistema. Al pagar la MetroCard con VISA, en las maquinas que hay en las estaciones de metro, hay un punto concreto que quiero mencionar: al meter la tarjeta de crédito te pide un código que de entrada piensas que es el pin, pero no, no pide el pin de la VISA, lo que pide es el código postal tuyo... algo que no entendimos de entrada sino hubiera sido por que teníamos a nuestro guía urbano al lado.
El uso de un guía turístico. Nosotros lo contratamos desde aquí por internet, nos gustó su pagina web: http://www.capanovayork.cat/ Lo contratamos tres mañanas de 4 horas cada una. Un dia para DowTown, Baterry Park, Zona Zero, Distrito Financiero y Tribeca, otro para Chelsea, Soho, Nolita y Chinatown y otro para Brooklyn. El resto de cosas las hicimos por nuestra cuenta. El guia es útil por varios motivos, primero por que te proporciona información que no sale en las guías turísticas o si sale a veces no la has encontrado cuando debieras, otro factor es que te motiva la visita a pie cosa que en algunos momentos de cansancio agradecimos, y en tercer lugar ahorra discusiones entre nosotros sobre el que hacer o a donde ir en muchos momentos. Además de todo ello proporciona conversación amena y comentarios sobre los avatares de la vida diaria en Manhattan, además de consejos sobre sitios a donde ir a comer, desayunar o comprar determinadas cosas. Obviamente no es imprescindible recurrir a un/a guía turístico, es, en todo caso, un pequeño lujo. Las tarifas son variables pero a nosotros nos salió por 450$ tres mañanas de 4h. Nos podéis ver fotografiados por él en su facebook https://www.facebook.com/capanovayork/ el 22 de junio. Marc Tió, es un periodista freelance que vive desde hace 8 años en Manhattan y es, además, corresponsal de RAC1 en NY.