martes, 24 de mayo de 2016

Más sencillo...

A menudo complicamos las cosas sin quererlo.  Todo es más sencillo.  La humanidad es solo una parte integrante del gran ser terrestre.  La naturaleza es la parte viva de ese ser y nosotros formamos parte de la naturaleza.  Todo esta conectado.  Y al igual que en nuestro cuerpo hay elementos minerales y estáticos en el ser terrestre también.  Somos células, las cuales forman órganos, soportes físicos, estructuras y sensores que mantienen conectada la vida con el ser terrestre.  



Nos imaginamos cosas porque podemos hacerlo, y trasladamos esas imaginaciones a nuestros anhelos, a nuestros deseos, a nuestros sueños… porque podemos hacerlo.  Pero esa capacidad no es universal en el cuerpo del ser terrestre.  Solo la humanidad cumple con esa función, es el órgano creado para tal fin.  El propósito general de que las cosas sean así se nos escapa.  Solo podemos elucubrar sobre ello, pero lo hacemos por que podemos hacerlo.  La vida humana cumple a su pesar con esa función.  Y no podemos tener certezas sobre el fin que cumplimos, solo suposiciones…. 

Tal como existe la biodiversidad en la naturaleza, también en la humanidad existe ese paralelismo. No todos los humanos están llamados para cumplir con los mismos fines.  El problema es creer que todos somos iguales.  No lo somos, como no son iguales las células de nuestro cuerpo humano.  Hay células especializadas para cada función.  En la humanidad también.  

El anhelo espiritual, el despertar de la mecanicidad para alcanzar una autoconsciencia, es compartido por millones de seres humanos.  Pero ese anhelo no es universal ni es posible que alcance a todos y cada uno de los miles de millones de humanos.  No por ello el que se siente llamado a este fin es mejor o peor que el que vive su vida cumpliendo con el fin natural y mecanico de su vida real de cada dia.  Pero a menudo lo complicamos creyendo que todos los humanos hemos de alcanzar una visión espiritual de nuestra existencia.  Al creer esto tratamos de difundir nuestros anhelos a aquellos que no lo tienen.  

Vive tu vida tal como lo sientes, tal como lo supones o tal como lo crees.  Obra de acuerdo a tus creencias pero no trates de hacer de tu existencia un ejemplo para que otros se sumen a tu cruzada.  Simplificate como los niños que no se cuestionan los fines ni los logros.  Admira la belleza de las flores o de las cascadas.  Siente que eres parte del ser terrestre y quizás algún día puedas comprender para que sirves.  Mientras, la vida te transcurrirá sin que casi percibas que envejeces.  Por que todos los seres mueren.  Tanto las rocas, como los arboles, como los animales.  

Pero mientras te sientas vivo, trata de ser sencillo.  No te compliques mas de lo necesario.  Para ser feliz basta mirar, respirar y sentir.   Lo demás lo obtendrás por añadidura.