Hoy cumples 60 años alli donde estés....
Quiero que tu voz salga de ti como parte del recuerdo aun sabiendo que es la flaqueza de los sentidos lo que me arrastra a pensar en el deseo de oírte. Y aun sabiéndolo…una y otra vez insisto, y sin querer acudo a esas imágenes queridas de mi pensamiento, imágenes apartadas en ese baúl de eternos disfraces.
Es esa lucha entre el tiempo nuevo y la memoria de la vida –lo que vivo hoy y lo que recuerdan los sentidos naturales- lo que renueva el sentir de pérdida y lo transforma. Lo que da sentido a mi reflexión hebrada de pesar y alegría, tristeza por la ausencia material y esperanza en recuperar tu esencia entremezclada en los recuerdos de viejas charlas.
Quizás sea la nostalgia de la calle por la lluvia que cae, lo que me hace oir la voz de Judith Collins junto a ti y pensar en un tiempo en el que conociste Irlanda.
Quiero llegarte, y he querido prescindir de los que creen que estas allá, saliéndote al paso, sabiendo emocionado que estoy tocando la inexistente mano que se me acerca, parte de tu esencia temporal que imagino bajo el recuerdo, porque es el tiempo vivo, el de hoy, lo que me acerca a ti y el que creo que compartimos: cuando te pienso vivo.
Quisiera que esos momentos de soledad aparente, en los que intuyo tu compañía, fueran útiles para todos, para que entendiéramos como tú la duración de la vida, la presencia de las flores que cíclicamente vienen y van.
Porque Jandro, no lo dudes, te has salido ya de los relojes… de las fotos lejanas de los grandes calendarios de pared y te has metido en los recuerdos de los que te quisimos… de los que te seguimos queriendo, mientras buscamos tu reflejo en la memoria de las cercanas cosas que usabas…
Estarás en otro tiempo, algo que apenas logramos intuir, cuando una puesta de sol nos traiga tu recuerdo más vivo… serán tus formas del pasado mezcla de presente en nuestro hoy, las que atraerán la añoranza hasta que por fin pase el momento, y pasará, -apenas un instante en tu tiempo- y serás olvido…así es, apenas un cerrar de ojos, y poco a poco olvidaremos siquiera que estás en el mismo lugar que antes ocupabas pero inalcanzable a los sentidos, intemporal, con otro ser… eternamente joven en la imagen que nos dejaste un dia, como si a los veinte años supieras que vivir es envejecer y nos quisieras recordar que la vida es un contingente que lucha por mantenerse al margen de la incertidumbre…
Como las nubes, que contra voluntad se deshacen en lluvia fértil, y como las flores que con el calor se agostan para dar semilla, son, para todos nosotros, tus acelerados pasos hacia el fin, efímera existencia a la que finalmente da sentido la reflexión, y sin la cual todo quedaría en un sinfín de preguntas sin respuesta.
Fijado por la muerte en el tiempo podrás hablar con las flores, y las flores ocultarán cómplices tu presencia inmaterial firmes aliadas de tu nuevo reino en el que descansas en paz y mientras, al otro lado del espejo de la vida, aprenderemos a escuchar entre susurros de flores los ecos lejanos de tus risas hasta que agotemos todo nuestro tiempo en los relojes…