miércoles, 29 de abril de 2015

La fuerza neutralizante es en realidad equilibrante




No se puede tener sin compromiso de nuestro ser. Pues el ser de las cosas que pasarán a ser nuestras por la presión del deseo nos llega a permear para tenernos.  Es así como, al ser tenedores de algo, al poseer algo, pasamos a ser, parcialmente, poseídos por el ser de nuestra posesión.

La percepción de esta relación entre el tener y el ser tenido, entre el poseer y el ser poseído, es una capacidad perceptiva que actúa como una fuerza. Esta fuerza, que llamaré fuerza equilibrante,  será más o menos fuerte según sea su grado de presencia en nuestra conciencia.  A mayor presencia mayor fuerza y viceversa.

Toda fuerza es tal por que tiene la posibilidad de ejercer una presión, esta presión produce un efecto que conducen a unas ciertas acciones.  Llamo equilibrante a dicha fuerza porque su presencia en nuestro actuar equilibra los efectos del ser sobre el tener y viceversa.  Su ausencia produce desequilibrio en favor de uno o de otro.  El equilibrio lleva a la armonía del ser.  La felicidad precisa de un ser armónico para que sus efectos puedan manifestarse en toda su plenitud.  En ausencia de dicho equilibrio los seres pueden experimentar igualmente la felicidad como estado del momento, se puede estar feliz, pero es imposible obtener una permanencia arraigada al ser.  El ser desarmónico por tanto no puede ser feliz.