viernes, 22 de febrero de 2013

El fenómeno de la Comprensión (I)


-I-

Hay dos clases de comprensión que se diferencian por el lugar desde el cual surgen.  La comprensión literal o lógica, que emana de la mente sensual y la comprensión psicológica que emana de la mente abstracta o mente psicológica.  

La comprensión no es algo que se tenga o no se tenga, sino que se tiene en grado variable.  En el desarrollo habitual del hombre predomina la comprensión lógica o literal dado que habitualmente el ser humano ‘funciona’ bajo el influjo de la mente sensual.    

Algunos se preguntarán si es que tenemos dos cerebros o dos mentes.  Pues no, es una forma de hablar.  Mente solo hay una. Las que llamamos mente sensual o mente abstracta (psicológica) no son mas que funciones de esa mente única.  Y no son, por cierto, las únicas funciones que tiene la mente y que, por simplificar, les acabamos llamando mentes a secas y no funciones mentales.  

Cuando el hombre se interroga sobre los contenidos del mundo abstracto, el ámbito de lo eideíco (las ideas), o sea cuando vierte su atención sobre cuestiones propias de su mente psicológica, se enfrenta al problema de ‘entender’ situaciones o ‘significados’ que van más allá de las realidades comprobables por los sentidos y debe usar la facultad que llamamos comprensión psicológica.  

La mayor parte de los humanos tienen un cierto grado de comprensión psicológica desarrollada al tener mas o menos contacto con el mundo abstracto de lo ‘eideico’.  Pero a diferencia de la comprensión literal, la psicológica requiere un entrenamiento esforzado para poder desarrollarse. Un entrenamiento -digamos- a contracorriente.   

Evolutivamente el ser humano nunca ha necesitado entrenar la capacidad de ser autoconsciente, o sea de percibirse él distinto de lo que percibe o tomar consciencia de que quien percibe es el self (yo mismo) y que al percibir que percibe se diferencia de lo percibido.   La vida esta regida por la mente sensual, -como no puede ser de otra manera después de centenares de miles de años de evolución animal-, y tiene el privilegio de ser automática e identificada, lo cual lejos de ser un inconveniente evolutivo es una gran ventaja.  

Es así como entenderemos que al ser humano, dominado principalmente por la inercia de lo sensual, le cuesta apartarse de ese nivel y solo con un esfuerzo dirigido y mantenido conseguirá incrementar el desarrollo de esa función o facultad que llamamos comprensión psicológica.  

Sabemos que la acumulación de datos aumenta nuestro conocimiento. Y el conocimiento es el bagaje de datos que, relacionados, nos aportan comprensión.  Cuando los datos adquiridos pertenecen al mundo exterior, al mundo sensual, tenemos un gran conocimiento de las cosas.  Por el contrario cuando los datos proceden del mundo interior o de los productos elaborados por la mente humana, construcciones ‘eidéicas’ o de ideas y conceptos abstractos, manifestadas a través de ideologías, filosofía, arte, etc. podemos decir que se entrena la comprensión psicológica.   

La mayor parte del tiempo destinado a acumular datos que el humano usa se emplea en aumentar el conocimiento sensual.  Así, la preparación para vivir la vida autónoma, desarrollar una profesión o dedicación, el aprendizaje de cualquier técnica manual o no, la adquisición de habilidades para sobrevivir como cocinar, pintar, cultivar, cantar o tratar con animales, etc, todo ello cae dentro de las cosas que incrementan nuestra comprensión sensual, lógica o literal.  

Pero el ser humano no siempre usa la comprensión psicológica para tratar con el mundo interior o con los significados profundos ocultos en la vida ordinaria.  A menudo aplica su comprensión literal o sensual a dichos contenidos y el conocimiento que alcanza de la posible aportación de datos queda así limitado.   Un ejemplo básico es el de aquel que viendo una película solo alcanza a valorar lo inmediato, lo que se narra y no el contenido profundo, no visible, que subyace a la historia que nos han ofrecido.  Es por eso que aumentar nuestro conocimiento del mundo de lo abstracto nos facilitará comprender psicológicamente aquellos ‘significados’ ocultos en el arte o en la literatura que van más allá de lo meramente dicho u observado.   Estamos por tanto delante de una facultad entrenable.  

Tener mucha cultura no debiera ser una frase que indique que lo que se posee son muchos ‘datos’ culturales, sino debiera significar que lo que se tiene es una buena comprensión psicológica de los hechos profundos que subyacen al hecho físico de la cultura.  Es por eso que las obras de arte o el mismo arte tienen lecturas diferentes para un mismo hecho observable.  

Dentro de la comprensión sensual, literal o lógica hay diferentes niveles, por ejemplo, en el caso de la danza, no será lo mismo la observación de un espectáculo si tenemos datos previos: información sobre la técnica, conocimientos de coreografía, etc. que si observamos la danza sin ninguna información.  Seguramente obtendremos mucho más rendimiento de la visión de una danza si nuestro nivel de conocimientos sobre la danza es más alto.  

Lo mismo sucede con la comprensión psicológica.  Los niveles de penetración en la comprensión psicológica serán más altos en tanto tengamos más datos o ‘formación’ en la valoración del mundo interno.    

Cuando se adquieren datos ‘culturales’ y su adquisición o visionado se hace recaer, de manera mecánica (solo con atención atraída o sea sin atención dirigida) en la mente sensual –la que opera con los sentidos externos–, podemos decir que se tiene una cultura superficial por que solo atiende a los contenidos externos, emocionales, técnicos o estéticos, aunque puedan resonar por asociación otros valores del mundo interno.  

Cuando el mismo proceso de adquisición o visionado se hace con atención dirigida (no simplemente atraída como en el caso anterior) el esfuerzo hace que relacionemos los aspectos visibles con los contenidos propios de nuestro mundo interno, con lo abstracto, lo no palpable, las ideas, los juicios, las valoraciones, el recuerdo, etc.  Es obvio que   actuando así estaremos aplicando la facultad de la comprensión psicológica. 

En la vida es fácil que se den las dos comprensiones simultáneamente y depende del grado o capacidad para dirigir la atención predominara una u otra facultad.   


Todos los productos elaborados por la mente humana pueden contener —aunque no siempre es así— ‘significados’ psicológicos dirigidos a los diferentes niveles de comprensión, desde la comprensión psicológica más cercana a ‘lo literal’,  hasta la comprensión psicológica más elevada.   

Precisamente es la atención dirigida —no la simplemente atraída— hacia lo observable  lo que permite la comprensión psicológica de los significados que subyacen a la expresión:  sea filosofía, psicología, sociología, política o cualquier otra materia de las humanidades; sea literatura, teatro, danza, música, cine o cualquier otra forma de expresión artística.