Antes de centrarnos en su estudio y de como trabajar para su eliminación, hagamos un repaso a lo que yo creo que es el ser humano.
El hombre no es un ser completo. La naturaleza lo desarrolla hasta un cierto punto, y luego lo deja... para que siga creciendo por sus propios esfuerzos y medios, o bien para que viva y muera tal como ha nacido. El hombre se atribuye muchos poderes, propiedades y facultades que de hecho no tiene —aunque a veces se lo crea—, y que no poseerá a menos que pueda desarrollarse para convertirse en un ser completo. Este debería ser el verdadero ideal de nuestro existir. O ese es al menos el paradigma que yo me he formado y quiero transmitiros.
La cualidad más importante que el ser humano se atribuye, pero que no posee, es la consciencia. Por consciencia se ha de entender una cualidad de la percepción, o apercibimiento interno, que debería de estar presente de forma continua en la existencia. Ya se que me podéis decir: no te pases... que somos conscientes !!!. Si, ya sé que tenemos una consciencia mecánica ordinaria que nos sirve para vivir, pero no es realmente la consciencia de sí mismo, de quien soy, de lo que siento o pienso, o de donde me encuentro en un momento dado. Más adelante me explicare mejor sobre esta diferencia.
Hemos de recordar que el hombre no es igualmente consciente todo el tiempo. A veces estamos más lucidos y a veces estamos como más ausentes de nosotros mismos, o más ensimismados en nuestro papel del momento, tanto que no nos percibimos como diferentes. La vida ordinaria es como si actor y personaje se confundieran y el personaje tomara el control de la vida del actor.
De hecho podemos acordar —para entendernos a partir de ahora— que hay tres estados diferentes de consciencia: el sueño, el estado de vigila o consciencia relativa —consciencia mecánica—, la auto-consciencia que es la consciencia de sí mismo. Para algunos todavia habría un estado de conciencia superior que sería la conciencia objetiva, pero no deja de ser una especulación puesto que no tenemos acceso a ella. Baste decir, por el momento, que el hombre normal vive en solo dos estados: una parte de su vida se la pasa dormido y la otra en lo que llamamos estado de vigilia regido por la consciencia mecánica o relativa. A esta ultima me gusta llamarla ‘la consciencia del personaje del momento’.
El tercer estado de consciencia es el que deberíamos de poseer o saber despertar para vivir una vida de plenitud, y el que nos será necesario adquirir si deseamos trabajar nuestro mundo interno y evitar las emociones negativas. Es difícil acceder a él, pero no imposible. Lo primero es quererlo o desearlo de verdad, por que el precio es el esfuerzo. Y el esfuerzo solo lo haremos si tenemos un fuerte deseo de mejorar.
A partir de ahora cuando hablo de consciencia me referiré siempre a este tercer estado de consciencia o autoconsciencia. La consciencia del actor. A que nos referimos? pues a un estado de mayor amplitud que nuestro estado ordinario de vigilia. Sobre este estado no tenemos ahora mismo control, pero si sobre el modo en que pensamos sobre él y es así como podremos construir nuestro pensamiento de modo que la consciencia se produzca. Dicho de otra manera: dando a nuestros pensamientos una dirección que tendrían en un momento de consciencia, podemos inducirla. Llamamos a esta practica auto recuerdo. Es mantener nuestro recuerdo, de lo que somos y lo que pensamos, lo que queremos y lo que no queremos, en el presente continuo mientras vivimos. Habitualmente no hacemos esto, entramos en sistema automático de vuelo y así seguimos hasta que nos acostamos. Puede ser que a veces tengamos la sensación del autorecuerdo pero si no hemos hecho un acto voluntario es simplemente casual. Hemos de aprender con la practica a mantenerlo y provocarlo.
Pondré algún ejemplo que clarifique la cuestión. Me pongo delante de un espejo y me digo: este que veo soy yo, pero no todo lo que soy yo quiero que sea verdaderamente yo. Así que quiero cambiar mi forma de ser. Muy bien, pero ¿es posible cambiarlo solo tomando la decisión? No. Empezare por tomar consciencia de este deseo y para ello tratare de mantener mi atención dirigida hacia mi mismo… pero ahora, cuando me separe del espejo seguiré pensando y sintiendome yo y no me olvidare de quien soy… ahora estas instalada en la auto-consciencia, te ves a ti misma, te percibes como algo que quiere mejorar, sabes que no todo tu interior te satisface, sabes que tienes un propósito y una meta, sabes que para empezar se te propone mantener tu atención dirigida hacia tu identidad…. pero cuando te separes del espejo y empieces a caminar, a bajar escaleras, a abrir la puerta y a recoger una bolsa, tu interior empezara a funcionar sin tu permiso, te aparecerán pensamientos, imaginaciones, parloteo interior, te dirás cosas a ti misma, etc. y unos minutos más tarde habrás olvidado la atención necesaria para seguir recordándote. Habías iniciado el trabajo de auto-observación pero ves que pasado un tiempo no eres capaz de seguir observándote por que caes inmersa en la vida, y sigues haciendo cosas de forma automática o pensando por asociaciones o dejando volar la imaginación… si no haces ningún otro esfuerzo de pensamiento acabaras el resto del día en el estado de consciencia de vigilia ordinaria y te iras a dormir.
Que ha pasado? Pues que no tienes capacidad para mantener tu auto-consciencia. Es normal, nadie la tiene si no la entrena. Es como muchas cosas, si entrenas aumentas el tiempo de permanencia en ti misma. En control. Como ves es una cuestión de mantener una doble atención, una parte dirigida de ti a ti misma, la otra en lo que estas haciendo. A base de ir probando alargaras el tiempo de permanencia en ti misma, en tu autoconsciencia, pero si no te propones hacerlo de una manera periódica se te olvidará el propósito y seguirás la vida normal en el semi-sueño de la conciencia de vigilia ordinaria. En una forma de transitar por la vida que llamaremos mecánica. Por que no tienes, aunque a ti te lo parezca, control voluntario ni mental de lo que sucede. Tomaras decisiones, harás cosas, emprenderás acciones, todo ello mandado de forma automática por un sinnúmero de mecanismos perfectamente entrenados y totalmente ajenos a tu control. Esa es la vida normal. Responderás a ciertos estímulos siempre de la misma manera y creerás que eso es lo que querías hacer, pero en realidad es lo que siempre has hecho, es lo único que podías hacer. A veces reflexionaras y creerás que tomas una decisión libre por que puedes elegir entre dos opciones, si, pero la que finalmente tomes no es más que el producto de otras cosas que intervienen y determinan el resultado final. En realidad estarás moviendote siempre por las causas adquiridas, o no, que determinan tu obrar. La mayor parte de las cosas las hacemos correctamente y hemos aprendido a comportarnos de forma que nuestro comportamiento no nos traiga conflicto, pero a veces no sabremos evitar que determinadas situaciones nos desencadenen emociones negativas que serán siempre las mismas y no las podremos evitar… o si?
Este trabajo es para mostraros que si es posible. Que no es complicado, aunque se necesita constancia y entrenamiento.
El hombre no es un ser completo. La naturaleza lo desarrolla hasta un cierto punto, y luego lo deja... para que siga creciendo por sus propios esfuerzos y medios, o bien para que viva y muera tal como ha nacido. El hombre se atribuye muchos poderes, propiedades y facultades que de hecho no tiene —aunque a veces se lo crea—, y que no poseerá a menos que pueda desarrollarse para convertirse en un ser completo. Este debería ser el verdadero ideal de nuestro existir. O ese es al menos el paradigma que yo me he formado y quiero transmitiros.
La cualidad más importante que el ser humano se atribuye, pero que no posee, es la consciencia. Por consciencia se ha de entender una cualidad de la percepción, o apercibimiento interno, que debería de estar presente de forma continua en la existencia. Ya se que me podéis decir: no te pases... que somos conscientes !!!. Si, ya sé que tenemos una consciencia mecánica ordinaria que nos sirve para vivir, pero no es realmente la consciencia de sí mismo, de quien soy, de lo que siento o pienso, o de donde me encuentro en un momento dado. Más adelante me explicare mejor sobre esta diferencia.
Hemos de recordar que el hombre no es igualmente consciente todo el tiempo. A veces estamos más lucidos y a veces estamos como más ausentes de nosotros mismos, o más ensimismados en nuestro papel del momento, tanto que no nos percibimos como diferentes. La vida ordinaria es como si actor y personaje se confundieran y el personaje tomara el control de la vida del actor.
De hecho podemos acordar —para entendernos a partir de ahora— que hay tres estados diferentes de consciencia: el sueño, el estado de vigila o consciencia relativa —consciencia mecánica—, la auto-consciencia que es la consciencia de sí mismo. Para algunos todavia habría un estado de conciencia superior que sería la conciencia objetiva, pero no deja de ser una especulación puesto que no tenemos acceso a ella.
El tercer estado de consciencia es el que deberíamos de poseer o saber despertar para vivir una vida de plenitud, y el que nos será necesario adquirir si deseamos trabajar nuestro mundo interno y evitar las emociones negativas. Es difícil acceder a él, pero no imposible. Lo primero es quererlo o desearlo de verdad, por que el precio es el esfuerzo. Y el esfuerzo solo lo haremos si tenemos un fuerte deseo de mejorar.
A partir de ahora cuando hablo de consciencia me referiré siempre a este tercer estado de consciencia o autoconsciencia. La consciencia del actor. A que nos referimos? pues a un estado de mayor amplitud que nuestro estado ordinario de vigilia. Sobre este estado no tenemos ahora mismo control, pero si sobre el modo en que pensamos sobre él y es así como podremos construir nuestro pensamiento de modo que la consciencia se produzca. Dicho de otra manera: dando a nuestros pensamientos una dirección que tendrían en un momento de consciencia, podemos inducirla. Llamamos a esta practica auto recuerdo. Es mantener nuestro recuerdo, de lo que somos y lo que pensamos, lo que queremos y lo que no queremos, en el presente continuo mientras vivimos. Habitualmente no hacemos esto, entramos en sistema automático de vuelo y así seguimos hasta que nos acostamos. Puede ser que a veces tengamos la sensación del autorecuerdo pero si no hemos hecho un acto voluntario es simplemente casual. Hemos de aprender con la practica a mantenerlo y provocarlo.
Pondré algún ejemplo que clarifique la cuestión. Me pongo delante de un espejo y me digo: este que veo soy yo, pero no todo lo que soy yo quiero que sea verdaderamente yo. Así que quiero cambiar mi forma de ser. Muy bien, pero ¿es posible cambiarlo solo tomando la decisión? No. Empezare por tomar consciencia de este deseo y para ello tratare de mantener mi atención dirigida hacia mi mismo… pero ahora, cuando me separe del espejo seguiré pensando y sintiendome yo y no me olvidare de quien soy… ahora estas instalada en la auto-consciencia, te ves a ti misma, te percibes como algo que quiere mejorar, sabes que no todo tu interior te satisface, sabes que tienes un propósito y una meta, sabes que para empezar se te propone mantener tu atención dirigida hacia tu identidad…. pero cuando te separes del espejo y empieces a caminar, a bajar escaleras, a abrir la puerta y a recoger una bolsa, tu interior empezara a funcionar sin tu permiso, te aparecerán pensamientos, imaginaciones, parloteo interior, te dirás cosas a ti misma, etc. y unos minutos más tarde habrás olvidado la atención necesaria para seguir recordándote. Habías iniciado el trabajo de auto-observación pero ves que pasado un tiempo no eres capaz de seguir observándote por que caes inmersa en la vida, y sigues haciendo cosas de forma automática o pensando por asociaciones o dejando volar la imaginación… si no haces ningún otro esfuerzo de pensamiento acabaras el resto del día en el estado de consciencia de vigilia ordinaria y te iras a dormir.
Que ha pasado? Pues que no tienes capacidad para mantener tu auto-consciencia. Es normal, nadie la tiene si no la entrena. Es como muchas cosas, si entrenas aumentas el tiempo de permanencia en ti misma. En control. Como ves es una cuestión de mantener una doble atención, una parte dirigida de ti a ti misma, la otra en lo que estas haciendo. A base de ir probando alargaras el tiempo de permanencia en ti misma, en tu autoconsciencia, pero si no te propones hacerlo de una manera periódica se te olvidará el propósito y seguirás la vida normal en el semi-sueño de la conciencia de vigilia ordinaria. En una forma de transitar por la vida que llamaremos mecánica. Por que no tienes, aunque a ti te lo parezca, control voluntario ni mental de lo que sucede. Tomaras decisiones, harás cosas, emprenderás acciones, todo ello mandado de forma automática por un sinnúmero de mecanismos perfectamente entrenados y totalmente ajenos a tu control. Esa es la vida normal. Responderás a ciertos estímulos siempre de la misma manera y creerás que eso es lo que querías hacer, pero en realidad es lo que siempre has hecho, es lo único que podías hacer. A veces reflexionaras y creerás que tomas una decisión libre por que puedes elegir entre dos opciones, si, pero la que finalmente tomes no es más que el producto de otras cosas que intervienen y determinan el resultado final. En realidad estarás moviendote siempre por las causas adquiridas, o no, que determinan tu obrar. La mayor parte de las cosas las hacemos correctamente y hemos aprendido a comportarnos de forma que nuestro comportamiento no nos traiga conflicto, pero a veces no sabremos evitar que determinadas situaciones nos desencadenen emociones negativas que serán siempre las mismas y no las podremos evitar… o si?
Este trabajo es para mostraros que si es posible. Que no es complicado, aunque se necesita constancia y entrenamiento.