viernes, 20 de febrero de 2009
El crecimiento interior y la madurez
Todos los que hemos pasado de la juventud damos por supuesto que hemos adquirido cierta madurez. Pero no cabe duda que son muchas las personas que no han sabido -o no han podido- alcanzar el desarrollo pleno de su persona. La madurez conlleva necesariamente el autoconocimiento y el conocimiento ajeno. Conocimientos que a su vez conducen a la autocrítica y al autocontrol. Dar por supuesto que cualquier pensamiento, palabra o idea está llena de razón porque procede de mi inteligencia, es erróneo. Sin autocrítica no es posible recorrer el camino que conduce a la verdad. Tal como afirmar algo no implica necesariamente negar lo contrario, la autocrítica no está reñida con la autoestima; pueden -deben- convivir juntas regidas por la inteligencia. Pienso que vale la pena que nos enfrentemos al reto de analizar todos aquellos elementos que configuran el camino hacia el pleno desarrollo humano, porque en ello nos va nuestra realización como personas y una feliz convivencia con los demás. En las siguientes entradas del blog intentaré resumir las nociones básicas y los puntos principales que afectan a la tarea de alcanzar un pleno desarrollo de nuestra persona humana.
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